“Curiosamente”, anota Nabokov, “Gregorio (Samsa) el escarabajo nunca se da cuenta de que tiene alas bajo la dura cobertura de su espalda”. Es decir, que el protagonista del relato más angustioso de la literatura universal es en realidad una criatura que puede volar y escapar del lugar sin saberlo. Como tantos de nosotros.
Tret d'aquí.
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